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Probar una API no es solo una tarea técnica; es un arte que combina la comprensión del negocio con la habilidad para interactuar directamente con los "cimientos" de una aplicación. La validación y prueba de APIs son esenciales para evitar errores y vulnerabilidades que podrían tener consecuencias significativas en la experiencia del usuario y en la integridad del producto.
Entendiendo la interacción con una API: El proceso básico
Antes de sumergirnos en el "cómo", recordemos que una API (Interfaz de Programación de Aplicaciones) es esencialmente un mensajero que permite que dos aplicaciones se "hablen". Para que esta conversación sea segura y fluida, generalmente seguimos un proceso de autenticación y autorización.
Aquí te mostramos un flujo de prueba práctico, para empezar a validar una API:
Paso 1: Suscripción y obtención de credenciales de aplicación
Para poder interactuar con una API de forma segura, el primer paso es suscribirnos a ella. Al suscribirnos, creamos una "aplicación" dentro de ese portal y el sistema nos proporcionará las credenciales necesarias.
- Identificación: En la sección de "Seguridad", encontramos un campo para la "Clave de API" (también conocido como Client ID) y el "Secreto de API" (o Client Secret).
Importancia: Estas credenciales son como la llave y la cerradura que garantizan que solo las aplicaciones autorizadas puedan acceder a los servicios de la API.
Paso 2: Configuración y obtención del Token de seguridad
Una vez que tenemos nuestras credenciales, el siguiente paso es usarlas para obtener un Token de Seguridad (o Token de Acceso). Este token es una especie de pase temporal que la API utiliza para saber que estamos autorizados para hacer solicitudes.
- Colocación de Credenciales: Como se observa en la sección "Identificación" de la interfaz, colocamos el "Secreto de API" que nos proporcionó la aplicación al inicio de su creación.
- Autorización y Alcances: Justo debajo, en la sección de "Autorización", vemos los "Ámbitos" (Scopes). Estos definen a qué funcionalidades específicas de la API tenemos permiso para acceder.
- Obtención del Token: Finalmente, hacemos clic en el botón "Obtener señal". Detrás de escena, esto envía nuestras credenciales a la URL de autenticación (como la que se muestra en "URLS de señal") y, si son válidas, la API nos devuelve el "Señal de acceso" o token.
Paso 3: Realizando la solicitud y verificando la respuesta
Con el token de acceso en mano, ahora podemos realizar la solicitud a la API para la función que queremos probar.
- Tipo de Solicitud: Una solicitud GET/POST se utiliza para recuperar datos de la API.
- Envío de la Solicitud: Una vez que el token está establecido, se procede a ejecutar la solicitud para ver la respuesta del API.
- Análisis de la Respuesta: El objetivo es verificar que la API:
- Devuelva el código de estado HTTP correcto (ej. 200 OK para una solicitud exitosa).
- Retorne los datos esperados en el formato correcto.
No exponga información sensible y maneje los errores de forma segura.
Por qué cada paso de pruebas de APIs es vital
Este proceso, aparentemente simple, es la columna vertebral de la estabilidad y seguridad de cualquier producto que dependa de APIs:
- Estabilidad: Al probar cada paso (autenticación, autorización, envío de solicitudes y manejo de respuestas), nos aseguramos de que la API funcione consistentemente, incluso bajo diferentes condiciones o con entradas inesperadas. Un fallo en una API puede hacer que una aplicación se bloquee, sea lenta o muestre información incorrecta.
- Seguridad: Validar las credenciales, los alcances y la forma en que la API maneja los tokens es crucial para evitar accesos no autorizados. Además, probar cómo la API responde a solicitudes mal formadas o a intentos de inyección de código es fundamental para prevenir vulnerabilidades que los atacantes podrían explotar. Es vital que, si una API espera un número de documento de 9 dígitos y recibe uno con más, devuelva un error, no una respuesta de confirmación.