- Blog de Anónimo
- Inicie sesión o registrese para enviar comentarios

Cuando escuchas por primera vez la palabra “API”, puede parecer algo lejano, técnico o simplemente parte del vocabulario de los desarrolladores. Eso fue exactamente lo que pensé. Pero poco a poco, me fui dando cuenta de algo curioso: ya estaba hablando de APIs, solo que, con otras palabras.
Este artículo no es una guía técnica, ni un paso a paso. Es simplemente una experiencia real que quiero compartir desde el punto de vista de alguien que está aprendiendo y que descubrió que las APIs son mucho más accesibles (y útiles) de lo que imaginaba.
Cuando el negocio pide… y el sistema responde
En más de una reunión escuché frases como:
- “¿Se puede conectar esa app con nuestra base de datos?”
- “¿Eso se puede automatizar para que se actualice solo?”
- “¿Podemos hacer que el cliente vea su información en tiempo real?”
Sin saberlo, ya estábamos hablando de integración, de automatización… de APIs. Lo técnico estaba presente, sí, pero el lenguaje era funcional: resolver problemas, mejorar procesos, conectar sistemas. Y ahí entendí que todos hablamos del mismo tema, solo que desde ángulos diferentes.
Las APIs como traductores entre mundos
Hace poco escuché que las APIs actúan como mediadores, al igual que un mesero que lleva pedidos y entrega platos. Pero no solo las tecnologías cumplen este rol: quienes trabajan entre áreas técnicas y de negocio también traducen necesidades y soluciones. Aprender sobre APIs puede mejorar esa capacidad de traducción, ayudando a formular preguntas adecuadas, entender tiempos y proponer soluciones viables.
El valor está en lo que conectamos, no solo en lo que construimos
Creía que todas las soluciones tecnológicas se construían desde cero, pero al explorar el API Portal entendí que muchas ya están disponibles y listas para usarse. El reto no siempre es desarrollarlas, sino conocerlas, entender su función y ver cómo pueden integrarse a lo que ya estamos creando. Aunque no sea quien las programe, puedo identificarlas, proponerlas y ayudar a conectar las piezas correctas.
Hacer preguntas no técnicas también aporta
Es normal sentir vergüenza al hacer preguntas que parecen básicas, pero con el tiempo entendí su valor. Cuestionar qué hace una API, a quién beneficia y qué proceso podría mejorar con su integración no solo clarifica dudas, sino que abre conversaciones clave. Estas preguntas ayudan a alinear a desarrolladores, diseñadores, líderes y analistas, asegurando que todos estén en la misma página.
Aunque no programes, puedes estar en la conversación, las APIs no son solo para técnicos. Son herramientas que conectan, agilizan procesos y dan vida a ideas. No hace falta saberlo todo para participar: puedes aportar, aprender y crecer cada día.